Esas veces cuando uno toma la decisión de alimentarse mejor, luego pensamos en las ensaladas y yo, por ejemplo, me imagino algún trozo de lechuga con una pieza de pollo a la plancha que no sabe a nada y claro que no dan nada de ganas ni de comerlo.
Yo no soy chef o tengo algún estudio certificado en la cocina. Yo creo que mi mejor estudio ha sido mi mamá y mi abuela. Les encanta la cocina y siempre desde chica estuve observando cómo hacían las cosas o los consejos que ella me daban al momento de preparar algún platillo. Hasta el día de hoy; como lo he mencionado anteriormente, la presentación del platillo es esencial para causar ese efecto de felicidad y enamoramiento hacia la comida, sea cual sea. La idea es siempre visualizar antes lo que vamos a comer, sólo es cuestión de esmerarse y ser constante.
Este es el resultado de la cena de anoche, por supuesto todo sencillo y nada complicado. Pero, ¿apoco no se antoja más que sólo la lechuga y el pollo insípido?
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